En una noche ventosa, en la ciudad de Buenos Aires, al cobijo de la música folclórica y de la calidez del público tuve el inmenso honor de narrar la historia de la Misa criolla, la máxima obra religiosa escrita en nuestro país y que recorre el mundo invitando el recogimiento y a la oración..Recorrer los temas, creando el clima en los corazones, predisponiéndonos a celebrar una nueva Navidad ha sido un desafío y una fiesta, nervios y gozo, dudas y certezas, emoción compartida y alegría.
Agradezco al público y a las palabras de aprobación que tuvieron para conmigo, a Los Fronterizos que fueron tan generosos y afectuosos, y a este oficio de narrar que me lleva por estos caminos tan maravillosos... siempre de la mano de las palabras...
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